La previa del sábado en la Bombonera no podría estar más cargada. Boca enfrenta a Racing en un partido que promete tensión pura, pero la pelota no es lo único que arde en La Ribera. El foco está en Miguel Ángel Russo, un entrenador con historia grande, que atraviesa un presente incómodo y lleno de rumores. En medio de un clima espeso, el propio técnico habló con la prensa, dejó conceptos fuertes y despejó versiones que habían corrido como reguero de pólvora.
En el Xeneize sobran los interrogantes: rendimiento irregular, resultados que no acompañan y una identidad que todavía no aparece. En conferencia, el experimentado DT mostró entereza, marcó su postura y pidió mesura con su familia. También confesó un día personal durísimo, sin esquivar el contexto. Aun así, la pelota manda y el calendario no perdona.
qué dijo russo y cómo llega boca al clásico con la academia 🤔
Durante la rueda de prensa, el entrenador tocó temas sensibles. “Déjenlo tranquilo. Mi hijo va a hablar de él y de Tigre. Ha madurado mucho y está muy bien. No busquen cosas donde no hay y donde no va a haber, porque él tiene una mentalidad distinta”, afirmó Russo, al bajar el tono a los rumores sobre Ignacio. Y agregó, con firmeza: “En ningún momento pienso en algo negativo. ¿Cómo voy a pensar en algo negativo? Si pienso en algo negativo, lo digo yo mismo. Ayer tuve un día duro, porque mi hijo fue operado. Está todo bien. Venimos hablando y venimos dialogando, pero ayer fue un día en el cual me tuve que dedicar a mi hijo”.
Detrás de ese mensaje humano y directo, se esconde un dato que estremece el mapa del banco de Boca: pase lo que pase ante el equipo de Avellaneda, en el club ya asumen que el ciclo de Russo está en su tramo final. Sí: después del sábado, todo indica que el técnico dejaría su cargo. Serían apenas ocho partidos en esta nueva etapa del conductor que alguna vez tocó la gloria con el Xeneize.
una etapa corta, con arranque mundialista y final en altibajos
La estadía del DT se inició en el Mundial de Clubes, con un estreno áspero y una serie de pruebas de alto vuelo. Boca igualó 2-2 con Benfica, perdió 2-1 con el poderoso Bayern Munich y cerró con un 1-1 frente a Auckland City. Ese paso dejó señales tácticas, pero también dudas que el equipo jamás terminó de despejar en la competencia local.
Al volver al llano, la campaña no levantó vuelo. En el Torneo Clausura, el Xeneize empató 0-0 con Argentinos Juniors, volvió a igualar 1-1 con Unión y cayó 0-1 con Huracán. En la Copa Argentina, el golpe fue otro: 1-2 ante Atlético Tucumán, un tropiezo que encendió alarmas en todos los pasillos del club. El saldo deportivo de este tramo no justifica las expectativas que se habían generado con el regreso del experimentado estratega.
la bronca por los resultados y el termómetro del vestuario 🔵🟡
En el seno del plantel, la bronca por los resultados se siente. El equipo no logra hilvanar actuaciones convincentes, y las desconexiones en ambos arcos pesan en el marcador. El entrenador resistió con su discurso, intentó blindar al grupo y sostuvo la idea de competir golpe por golpe. Sin embargo, la falta de eficacia adelante y ciertos desacoples atrás fueron un combo difícil de maquillar.
La línea de tiempo del ciclo deja una sensación incontrastable: la estructura nunca terminó de asentarse. Hubo cambios, pruebas, ajustes de nombres y funciones, pero el rendimiento siguió en tono gris. La presión del calendario, sumada a la vara alta que siempre tiene Boca, transformó cada juego en una final. Y en ese escenario, los empates y las derrotas lastiman más.
el partido con racing y una decisión que parece tomada ⚽🔥
El cruce con la Academia será vibrante, inevitablemente. La Bombonera empuja, los jugadores saben lo que está en juego y el cuerpo técnico quemará sus últimas cartas. Sin embargo, la información que circula puertas adentro es contundente: aun sumando, el ciclo de Miguel Ángel Russo tendría fecha de cierre. Un final anunciado que llega con sabor amargo, en medio de la búsqueda eterna de resultados y funcionamiento.
Para Boca, el desafío es doble. Por un lado, competir fuerte frente a un rival que suele moverse cómodo en estos escenarios. Por otro, reordenar el mapa del banco con cabeza fría y mirada de mediano plazo. El mundo Xeneize no regala tiempos, y mucho menos indulgencia: el próximo paso deberá ser certero.
lo que deja el proceso y las preguntas que vienen 🧩
Más allá de la salida que se avecina, el paso de Russo deja tareas pendientes: reconstruir confianza, recuperar jerarquías individuales y elegir una identidad clara para lo que viene. El plantel tiene nombres para dar más, pero necesita un rumbo definido y continuidad. La dirigencia, por su parte, tendrá que acertar en el perfil del próximo conductor para que lo deportivo retome el centro de la escena.
La Bombonera tendrá su cita de sábado, con el corazón en la garganta y la tribuna latiendo fuerte. Boca y Racing, otra vez cara a cara. Y un nombre propio en el ojo de la tormenta: Miguel Ángel Russo, el hombre que, pese a todo, salió a dar la cara, defendió a su familia y peleó cada partido como si fuera el último. Ahora, el desenlace parece escrito. Y el fútbol, como siempre, seguirá su curso.
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